En el año 1999, Ian Coates, de 55 años, dejó su casa en Hebden Bridge, en Yorkshire, Reino Unido, y voló a Sudáfrica para ir a buscar un Land Rover para un amigo. El plan era recoger el coche y traerlo de vuelta a su país. Pero se encontró con numerosos problemas de pasaporte y al final su esposa le tuvo que mandar su Honda Africa Twin a Johannesburgo para que pudiera recorrer una ruta alternativa.

Catorce años después, después de conducir un cuarto millón de millas a través de seis continentes y de más de 70 países, Coates ha vuelto a casa. En estos años que han pasado Coates ha visto a su mujer en siete ocasiones, con ella viajando a distintos destinos del mundo para encontrarse con él.

Coates menciona que ha viajado principalmente fuera de la carretera, teniendo accidentes a diario y quedándose en varias ocasiones debajo de su moto a punto de morir. Se rompió la muñeca en México, necesitó una operación de espalda en Nueva Zelanda y pasó semanas perdido en una tormenta de arena en Sudán.

El motero, que ahora tiene 69 años, ha estado viajando por Mongolia, Rusia y Corea recientemente. En los últimos días ha concedido entrevistas y ha demostrado cuál es su equipo. Tiene, por ejemplo, un hacha en su moto, el cual menciona que “Para matar gente. Quiero decir, para cortar madera”.

Coates dice haber estado en todos los países y en todos los continentes, quedándose sólo cerca de la Antártida. Ahora se ha convertido en un auténtico icono.