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Noticia

¡Rotonda! Antes de entrar en ella, sientes que el peligro te acecha. ¡Rotondas! Esos elementos que durante unos años proliferaron como setas (o malas hierbas, según le preguntes a un conductor u otro), y empezaron a convivir con nosotros más rápido de lo que la inmensa mayoría de la gente podía asimilar. Pero hoy no vamos a hablar de ellas en términos comunes, es decir, de circulación o similar; sino de lo que ocupa el espacio que queda en su interior.

 

Hace ya tiempo llamaba urgentemente a un jardinero de guardia porque debido a la no conservación preventiva (concretamente siega en los aledaños de las rotondas), se creaban puntos peligrosos para los conductores. Algo así pasa ahora, pero con más glamour y diseño.

 

Reconozco que el centro de una rotonda sin nada queda un poco feo y desaprovechado. En muchos casos se colocan pequeños jardines como si de pequeños jardines botánicos se tratasen. Otras alguna escultura. Y en algunas, maleza que requiere menos mantenimiento. Pero en alguna parece que los diseñadores no piensan o si lo hacen, es a mala leche.

 

Cuando hay jardines, es frecuente que el exceso de riego termine inundando el asfalto de la rotonda conviriéndola en una improvisada pista de patinaje para los que circulamos sobre dos ruedas. Tampoco es aconsejable que las tapas de registro de servicios de abasto (agua, electricidad, telefonía...) sean completamente lisas como sucede en una de las rotondas más transitadas de Las Palmas de Gran Canaria, concretamente en la salida este de los túneles Julio Luengo en dirección Puerto. Han sidos varios los accidentes que se han producido en ese punto concreto por las malditas tapas.

 

 

Bordillos y señalización peligrosa
Es muy importante valorar los materiales y la ubicación de los mismos ya que se puede crear un punto muy peligroso para los motoristas o ciclistas que acceden a ella. No es de recibo, por ejemplo, colocar planchas metálicas que conformen una escultura ofreciendo la arista viva directamente a la línea imaginaria que se prolonga desde un carril de acceso.

 

Una llegada excesivamente fogosa por parte de un vehículo o un fallo mecánico puede llevar a un fatal desenlace que se podría haber evitado de una forma muy sencilla. Muchas ya se colocan los bordillos, por ejemplo, en chaflán de manera que un vehículo si se aproxima en exceso al interior, asciende por él sin estropear el propio bordillo o la rueda.

 

Del mismo modo, hay que tener mucho cuidado también con la señalización. A veces es imprescindible hacer ver la proximidad de una rotonda si esta es, por ejemplo, terminación de una vía de alta velocidad. No está demás señales luminosas o similares para hacerse notar.

 

Pero no parece la mejor idea colocar uno o varios postes sin estar debidamente protegidos de tal manera que alguien pueda llegar a golpearse contra ellos. Se puede, por ejemplo, incrustar esta iluminación en el bordillo que queda perpendicular al acceso a la rotonda, o paneles luminosos de disminución de velocidad.

 

Soluciones hay muchas siempre y cuando se piense un poco en ello. Una rotonda puede quedar perfectamente decorada sin que por ello se ponga en peligro al resto de conductores.

 
 
Fuentes de la noticia
 
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Los peligros de las rotondas para los motoristas

10 de Febrero de 2013

Los peligros de las rotondas para los motoristas

www.circulaseguro.com

 
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