El pasado domingo 17 de Julio se llevó a cabo el esperado “cruzar el charco” para los Ducatistas de Gran Canaria.

Veintitrés aficionados salimos desde Agaete hacia Santa Cruz, encabezando la representación de Gubra S.L. desde Las Palmas, Don Manuel Ortiz, director de la firma para las dos provincias.

Hay que destacar, en primer lugar, el buen hacer del personal de la Naviera Fred Olsen que, en un tiempo record, con gran amabilidad y profesionalidad, dejaron todas nuestras motos perfectamente aseguradas en la bodega del barco. Y menos mal, pues aunque la travesía fue movidita, no hubo ningún incidente.

Al llegar a Tenerife, la sorpresa, más de cuarenta atronadoras Ducati nos esperaban. Muchos no habíamos visto, ni oído, tanta Ducati junta. Todo un espectáculo.

La vuelta empezó a las 11:00 y terminó  a las 18:00. Se hicieron varias paradas en el camino para reagruparnos, esperar a los que nos falló el “GPS”, y se aumentó el tiempo previsto para el almuerzo dado lo entretenido de la sobremesa. Aprovechamos también para destacar la calidad y servicio que disfrutamos en el restaurante “la Barrica” en La Escalona.

Finalmente se tuvo que recortar un poco el recorrido para que los “visitantes de la isla redonda” pudieran embarcar con total tranquilidad.

Se rodó por carreteras tan conocidas de Tenerife como la subida de “Los Loros”, y la que lleva desde Las Cañadas a Vilaflor. Todo un lujo para los que fuimos desde Las Palmas, no cabe duda de que vivimos en un paraíso para el motero. En poco sitios se pueden encontrar tantas curvas por kilómetro cuadrado como en las islas. Y no hay nada como visitar las islas vecinas para salir de lo conocido y vivir nuevas sensaciones. Nuevas no solo por las carreteras en sí, el paisaje, la gastronomía, o las gentes. Sino además porque al rodar por carreteras nuevas para uno, también se descubren perspectivas nuevas sobre su moto al ver como se adapta a ellas. Algo especialmente mágico a lomos de cualquiera de las creaciones salidas de Borgo Panigale.

El día estuvo casi perfecto, sol en toda la isla, temperaturas un poco altas en algunos puntos, e incluso algo de nubes y fina lluvia para refrescarnos en el tramo final de regreso por el Norte.

Creo que no me equivoco si digo que en la mente de todos quedó la esperanza de que esta vuelta sea “el origen para otras y en otras islas de nuestro archipiélago o más allá”.

A la llegada a Agaete, tras una travesía más tranquila que la anterior, noche y lluvia. El contrapunto agridulce, casi como una expresión de la tristeza que queda cuando se acaba algo bueno.

Por último, en el apartado de los agradecimientos, pero no por ello menos importante, quiero hacer especial mención al equipo de Gubra en Tenerife, y especialmente a sus clientes. Quienes se preocuparon de guiar la ruta, esperar a los rezagados, hacer las fotos, y casi escribir este relato, pues no encontré mejor manera de hacerlo que con lo escrito por alguno de ellos.

Oliver Padrón - Ventas Ducati

Gubra – Las Palmas