En los años 80 se solía decir: ¡de Madrid, al cielo!. Treinta años después, ¡que no son pocos!, Madrid sigue siendo uno de los mejores destinos del mundo en los que perderse durante dos o tres días. Su oferta cultural, de sabores y colores, y como no, la gran cantidad de muestras, convenciones y exposiciones que a diario se celebran, hacen de este lugar algo único, ejemplo de fusión entre todo lo que es capaz de vender y lo que comparte con el que viene de fuera. Quizás esta sea la razón por la que año tras año hago lo posible por acudir a la Feria del Motor Clásico de Madrid, hoy Classic Auto.

Salón Internacional del Vehículo Clásico 2011 

Pese a que con Classic Auto 2011, acudíamos a una cita mixta, de las dos y cuatro ruedas… ¿A quien amarga le un dulce…?. Hasta el día de hoy no he conocido a ningún amante de las dos ruedas que se queje y no disfrute de admirar y hasta tocar mas de un centenar de coches de ensueño, entre los que en esta ocasión cabía destacar mas de una docena de Ferrari de todas las épocas, varios de ellos matriculados en Gran Canaria ¿?, un número de Porsche aún mayor, todos ellos de una calidad asombrosa, estupendísimos Mercedes 190SL y Pagoda, y como no, un montón de singularidades que iban desde los ostentosos y exagerados automóviles americanos de los años 50-70 hasta las mas exclusivas piezas de colección y coches oficiales de competición de los últimos 30 años. En fin, a las fotos me remito…

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En lo que respecta a las dos ruedas, decir que la muestra respondió, con mucho, a nuestras expectativas. Junto al acostumbrado gran nivel de la exposición y venta de motocicletas clásicas y repuestos de origen nacional, se dio cita una buena representación de marcas de prácticamente cualquier lugar del mundo. Destacar entre ellas la gran variedad y calidad de las BMW expuestas y los numerosos vendedores de repuestos especializados, además de en esa marca (BMW), en Ducati, Moto Guzzi, Vespa, etc. Al igual que con las cuatro ruedas, las fotos que tomamos son testigo del agradable ambiente que se respiraba, tanto a nivel de la exposición, como de la compra-venta de vehículos clásicos, y sobre todo, de repuestos y accesorios de aquellos años.

Y es que Classic Auto 2011 ofreció una vez mas una perfecta simbiosis entre lo que se espera de una Feria del Motor Clásico y la oferta de ocio que supone pasar un fin de semana, inclusive en familia, disfrutando de esto que tanto nos gusta. Así, a lo largo de las tres plantas que conformó el evento se mezclaban, la exposición de vehículos propiamente dicha con el mercado de repuestos y accesorios en general, de las dos y cuatro ruedas, mas de media docenas de stands de librerías especializadas en el mundo del motor, otros tantos de restauradores y proveedores de materiales y productos de restauración, maquetas, miniaturas, ropa, videos de todo tipo, etc, y sobre todo, al menos un par de lugares por planta, muy agradables, en los que descansar, y por unos pocos euros, tomar un buen bocado, jamón de pata negra incluido, con el que retomar las fuerzas para seguir disfrutando de cuanto allí se ofrecía. Doy buena fe de ello…

Dignos de destacar, y recordar, el stand del grupo editor de la revista Motociclismo Clásico, con su responsable Enrique Mayor al frente, donde pudimos disfrutar de cuatro motocicletas Bultaco de leyenda: las motos que fueron al Himalaya, al Polo Norte, al África Central, y como no, al Paris-Dakar. También, y porque todo hay que decirlo, el trato amable y entrañable de José María García y su esposa Antonia Martínez de Custocrom, quien nos recibió con un: ¡hombre, otro canario!, ¿es que habéis dejado a alguien allí?. De esta agradable pareja, decir, que no solo José María se esmeró en explicarme, bien orgulloso, la calidad de su trabajo y lo mucho que se comprometía con su resultado, sino que su esposa, tras explicarme las muchas horas que se ha pasado mandando paquetes a Canarias, donde presumen tienen muchos clientes, me contó lo enterada que estaba de nuestro complejo (y estúpido, en mi opinión) régimen fiscal y el como ella ya lo dominaba y era capaz hasta de prever el coste aproximado de los impuestos de entrada. Todo un placer de gente.

A las jornadas maratonianas de coche y moto clásica, bocatas de jamón de pata negra y vinos (que también los hubo) del palacio de exposiciones, siguió, y esto es parte de lo mejor, estar a tan sólo quince minutos en metro del centro de Madrid, donde disfrutamos del buen comer y beber de aquella Villa, y como no, de la música Jazz y Gin Tonics, que por eso de revivir aquellos años 80, disfrutamos en Jazz Bar, con sus encargados Christian y Jesús, en la calle Moratinos, muy cerca de la calle Huertas. Y es que por entonces (los 80), servidor, frecuentaba con su, ahora clásica, Ducati Pantah 500SL aquel lugar. ¡Que años aquellos!. 

En resumen, y como ya dije, el evento en si cumplió con creces nuestras expectativas; Madrid, pues también, una vez mas, y que llegamos todos bien de vuelta, molidos como centenos y cargados como mulas el Domingo noche, poniendo así fin a una agotadora aventura de fin de semana, que desde luego, les recomiendo. En cuanto al presupuesto para la escapada, les puedo decir que el coste del ida y vuelta en Air Europa a Madrid fue de 66 euros, y el del hotel, de cuatro estrellas, en Gran Via, 60 euros la noche para dos personas; del resto, “que no era obligatorio”, mejor no les cuento.

Filiberto Leal, para Canariasenmoto.com