Ruta de las presas del 19 de febrero

Por Pepe Morales

El pasado sábado 18 hicimos una publicidad impagable de lo benigno del clima canario, ya que subir hasta el pueblo más alto de la isla en moto y en pleno febrero, da buena fe de ello. Nos reunimos en la Villa de Santa Brígida desde las 10,00 h, siendo responsable Orlando S. de la organización y recorrido. Le faltaron folios para anotar a todos los participantes, se ve que ya teníamos ganas de ver las presas repletas de agua.

Nos reagrupamos en el Cruce de Cueva Grande, donde los más necesitados tomaron un 2º café. En pleno trayecto hacia el cruce de la bajada al Roque Nublo surgió lo imprevisto: el cable de embrague de la Honda 550 dijo basta y rompió. La cara de desolación de Nauzet lo decía todo: volver en grúa. Pero estaba entre artistas de la mecánica y amigos. Surgió un cable nuevo, topes de varios modelos, alicates que cortan de verdad y las buenas manos de J. Artigas, David M., Paco Q., Cristóbal (el del cable nuevo), Pepe M. (el de los perrillos) y el resto animando y aconsejando sobre la reparación.

Durante ese tiempo fuimos amenizados con los olores y cencerros de un ganado de ovejas y cabras que atravesó la carretera.  Con decir que la moto quedó mejor que antes. Prosiguiendo por la carretera revirada que llega hasta el embalse de Chira, llegamos para disfrutar de la vista  de la presa hasta los topes de agua y las montañas verdes. Para un canario ya es la felicidad.

En el siguiente pueblo cumbrero de Tejeda los más golosos cedieron a la tentación de los dulces de almendra, y eso que íbamos a almorzar media hora más tarde en Artenara, en la Casa Parroquial. Unos prefirieron dentro, decían que había más fresquito, y otros nos quedamos al sol al lado de las motos, para cuidarlas, igual que el guardia del pueblo, que no les quitó ojo de encima, pero como estábamos autorizados a aparcar allí, estaba resignado.

El regreso por la presa de los Pérez también espectacular. Parada en Moya para, que raro, otro café y regreso a casa. Gracias a Orlando por currárselo (menú a buen precio, y servido sin prisas para que nos sentara bien la comida).

Hasta la próxima.  Un saludo Pepe Morales.