ANESDOR  ha publicado recientemente una práctica guía con recomendaciones y consejos a la hora de elegir la ropa, el equipamiento y las protecciones para circular con la protección adecuada en moto y en scooter.

• - El casco es eficaz cuando es de la talla correcta y está bien abrochado. En este caso reduce hasta un 50% la incidencia de eventuales daños en la cabeza
• - Pantalón, chaqueta de manga larga, guantes y botas adecuados protegen a los usuarios de la abrasión y minimizan las consecuencias de un accidente

La Dirección General de Tráfico (DGT) prevé más de 270.000 desplazamientos de carretera este fin de semana con motivo del GP de Jerez. Frente a esta avalancha de movilizaciones, más de 3.120 efectivos de Tráfico y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE) velarán por la seguridad vial de los motoristas.

No obstante, el secretario general de la Asociación Nacional de Empresas del Sector de Dos Ruedas (ANESDOR), José María Riaño, aprovecha para recordar que al margen del dispositivo previsto por la DGT, “lo más importante es que sean los propios motoristas quienes actúen con la prudencia debida, conforme a prácticas de conducción responsable”.

La conducta segura empieza por el uso de un adecuado equipamiento de protección, factor imprescindible para reforzar la seguridad del motorista. Desde ANESDOR reivindicamos el Manual de Equipamiento de Protección, una iniciativa de seguridad vial desarrollada en colaboración con ACEM (Association des Constructeurs Européens de Motocycles) mediante la que se pretende concienciar al motorista de la importancia de estas prendas especializadas en evitar lesiones o reducir la gravedad de las mismas.

El casco es el elemento más importante del equipamiento de protección. Pese a su uso extendido, conviene recordar que este elemento debe reunir unas características de homologación, así como ser de tipo integral cuando se trata de desplazamientos de larga distancia, de manera que se eviten los golpes de viento en cara y ojos.

El casco reduce la incidencia de las lesiones mortales en la cabeza en un 50%, siendo éstas las que provocan la muerte o invalidez de los motoristas. El Manual reclama un uso responsable de este elemento de seguridad: para que cumpla con su función debe ser de la talla correcta y estar debidamente abrochado. Cabe recordar que en el 20% de los accidentes graves el casco no resultó eficaz al salir disparado en el momento del impacto, dejando la cabeza descubierta.

El código de buenas prácticas es igual de taxativo respecto a la indumentaria de pantalón y chaqueta de manga larga; ambas deben estar compuestas por materiales que soporten la abrasión y no perjudiquen la movilidad. Para proteger torso, brazos y piernas se recomienda el uso de chaquetas y pantalones de piel o Kevlar, cuya capacidad de protección es un 23% y un 31% superior frente a una chaqueta o pantalón de algodón, respectivamente.

Las manos, primer contacto

Tampoco hay que descuidar la protección de pies y manos. Estas últimas son la primera parte del cuerpo que intentamos poner en el suelo cuando se produce una caída, por lo que resulta imprescindible utilizar guantes que aguanten la fricción y que, a la vez, no mermen la sensibilidad. Por su parte, unas botas adecuadas que cubran el pie en su totalidad y protejan el tobillo reducen en un 47% las lesiones frente al calzado de calle o zapatillas.

Paradas frecuentes

Cuando se trata de trayectos de larga distancia la fatiga es otro factor a combatir. Para reducir los síntomas resulta fundamental la realización de calentamientos previos que estimulen el cuerpo, así como parar a descansar cada dos horas y realizar estiramientos adicionales antes de reanudar la marcha. Aliados del motorista son también las bebidas estimulantes no alcohólicas que ayudan a mantener el cuerpo activo.

Tras la inactividad propia de los meses de lluvia y frío, el GP de Jerez suele ser el primer gran evento señalado por los aficionados a la moto. En este sentido, la mecánica y la electrónica requieren de una revisión básica de la máquina para asegurar la puesta a punto, revisar la presión y el estado de los neumáticos, y el correcto funcionamiento de frenos, luces y transmisión.

El pasado año la siniestralidad de la moto se redujo un 14%, por encima de la media del resto de vehículos. En este sentido, el secretario general de ANESDOR valoró el cambio experimentado en las dos últimas décadas hacia hábitos de conducción responsable. “Prudencia, respeto a las normas de tráfico y un buen equipamiento son claves de seguridad vial que el motorista maneja. Como demuestran las estadísticas, el usuario de las dos ruedas está cada vez más sensibilizado con estos conceptos”, indicó.

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