“Sé un héroe”... Ese es el lema de las Gopro. Esas pequeñas cámaras que inauguraron una nueva categoría dentro de la fotografía llamada “cámaras de acción”. Son unos pequeños dispositivos de muy fácil uso orientados sobretodo al vídeo con la intención de poderte grabar a ti mismo o en modo subjetivo en las más diversas de tus aventuras. Su gran resolución combinada con una óptica angular extrema producen imágenes espectaculares hasta en situaciones que a lo mejor, a priori, no lo son tanto.

Uno de sus usos más extendido es como cámara “onboard” en los más diversos vehículos. Montarla en una moto es la manera perfecta para mostrar esa emoción que sentimos todos al conducirla.

Como dije antes, este tipo de cámaras están más orientadas al vídeo, pero sus posibilidades fotográficas también son muchas siendo consciente de sus limitaciones. Lo ideal es exprimirlas lo más posible y siempre hacer las tomas al máximo de calidad y resolución que te permitan. Disponen de todo tipo de accesorios para situarla casi en cualquier parte de la moto, así que el límite será tu imaginación.

En la primera foto que os muestro está claro que hacerlo con una réflex no es que sea imposible, pero se hace muy difícil, por lo que usar una cámara de este tipo es lo más adecuado. Fotografiar un túnel siempre es interesante y si consigues ese punto de fuga centrado todavía más. De la moto no se ve mucho pero sí lo suficiente para insinuarla. El túnel vacío con la salida al fondo como un punto de luz le dio el dramatismo que buscaba.

Una segunda opción es la toma subjetiva desde el puesto de conducción. Vas a mostrar lo que tú estás viendo para hacer sentir al espectador lo que tú sientes mientras conduces. En esta foto la moto era una Husqvarna Vitpilen, una moto minimalista con esa pequeña esfera digital centrada y unos semimanillares muy deportivos. Para esta foto me pareció muy adecuada porque lo que se ve de motocicleta no ocupa demasiado el encuadre y se puede ver muy bien una de mis carreteras favoritas de la isla. Le añades un toque de velocidad con un pequeño “barrido” y ya lo tienes conseguido.

Pero todavía hay más. También tienes la opción de montarla en la moto de un amigo y ser tú el protagonista absoluto. Aquí lo importante es que se te vea bien, así que tienes que acercarte a la cámara porque ese objetivo angular siempre tenderá a alejarte. Si a esto le añades un fondo interesante y una bonita composición lo habrás conseguido del todo. No lo olvides, si quieres que una foto suba de nivel ten siempre en cuenta el encuadre, es decir, lo que quieres mostrar dentro del cuadro y la composición o sea la disposición de los distintos elementos que construyen tu imagen. Aquí os pongo dos ejemplos. Una con el Teide al fondo y otra donde son la moto y el piloto los protagonistas.

En definitiva una cámara de acción si la usas bien puede darte fotos muy aparentes pero no te dejes llevar demasiado porque lo importante no es el efecto que puede producirte una óptica angular extrema o un punto de vista imposible, lo importante es que cada vez que la utilices tenga sentido.