Unos 50 motoristas se reunían el pasado domingo delante de la sede de Triumph Canarias, en la zona industrial El Sebadal de Las Palmas de Gran Canaria, para acompañar a Takeshi Yamaha en su ruta por la isla de Gran Canaria.

Takeshi Yamada es un simpático motorista japonés que salió hace dos años con su Triumph Tiger 800 de su Yokosuka natal para recorrer el mundo y terminar su viaje, por invitación de Triumph Canarias, en las Islas Canarias.

Esta semana ha estado recorriendo la isla de Gran Canaria, y la próxima estará en Tenerife, de donde regresará el próximo fin de semana, para "empaquetar" su moto y mandarla por barco de regreso a Japón, en un merecido descanso tras dos años de inagotable trabajo.

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Ni siquiera los presagios de lluvia para esta jornada impidieron que decenas de aficionados a la moto acudir al llamamiento de Triumph Canarias para compartir una jornada con este peculiar moto-viajero que no paró de sonreir, charlar -in english, of course- y hacerse fotos con todo aquel que se lo solicitó.

Y no sólo propietarios de Triumph, también miembros del Club Ángeles Verdes, de Pasión GS y los setenteros de Dax Monkey Team quisieron ser partícipes del evento y acompañar en su ruta por la isla al motorista nipón y contagiarle la positividad y alegría de unos motoristas, los isleños, que disfrutan del mejor clima del mundo para disfrutar de la moto, los 365 días del año.

Tras una pequeña charla orientativa previa a la salida y la foto de grupo que inmortalizó el momento, el convoy inició una ruta que les llevó desde Las Palmas de Gran Canaria a Tejeda pasando por Bañaderos, Trapiche, Moya, Montaña Alta, Fontanales, Pinos de Gáldar, Cueva Corcho, Las Lagunetas, Cueva Grande, Pico de Las Nieves y Ayacata.

Alguna pequeña llovizna acompañó a los moteros que se vieron obligados a extremar la precaución por el delicado estado del asfalto mojado o húmedo, aunque no les amedrantó en su marcha, según expresaban sus alegres rostros en cada una de las reconfortantes paradas previstas en la ruta.

Tras la comida en Tejeda, el itinerario de regreso bordeó la cumbre de la isla para evitar la posible lluvia y disfrutar de entornos como el valle de Acusa y las Presas de La Aldea antes de emprender regreso a casa tras una jornada de vivencias junto a un motero que se ha atrevido hacer el viaje que todos soñamos.

Takeshi Yamada ya le ha hecho 60.000km a su Triumph Tiger 800 desde que salió de Japón hace dos años: "En todo este tiempo, la Triumph no ha tenido más problemas que los causados por mi mismo, como los dos accidentes que tuve en Rusia provocados por grava sobre el asfalto mojado. En la primera perdí el conocimiento durante unos 20 minutos. Menos mál que iba acompañado. Tuve que hacer más de 7.000km con la moto destrozada hasta un concesionario Triumph en Ekaterimburgo", nos contaba el simpático motorista japonés, recordando algunos momentos de su viaje por el mundo.

Impresionado por el interés despertado por su visita a Canarias, invitado por Oliver Padrón (Triumph Canarias), destacó la amabilidad de los moteros de la isla... "Y su alegría. Siempre están contentos", añadía. "Lo que más me ha impresionado de Gran Canaria es su variedad de paisajes en tan poco espacio. En la ruta aparecieron en un sólo día las cuatro estaciones del año. Esto es el paraiso", decía mientras recordaba la comida y las inolvidables carreteras de la isla.

A punto de finalizar su viaje, aún le queda recorrer Tenerife, hace análisis de lo vivido con el mejor momento: "La emotiva visita la fábrica de Triumph en Hinkley. Visitar el origen de mi moto viniendo desde Japón. Para un estudiante de diseño industrial, la Tiger le entró por los ojos y compró la primera versión, la de 2011. Era la novedad. La probé y me gustó mucho el motor. Ese mismo día me la compré", afirmaba no sin dejar de recordar la muerte de un compañero de ruta que le llevó a replantearse todo el viaje: "Era alemán y nos conocimos en Dibamarca. Viajamos juntos por Noruega. Su pérdida me afectó mucho, pero los compañeros me dieron fuerzas para seguir adelante", lamentaba recordando el peor momento de su aventura en moto.

Conocer a personas de todo el mundo, independientemente del color de su piel, de su religión, de su nacionalidad o de su forma de afrontar la vida ha sido sin duda lo mejor de este viaje al que le ha dedicado dos años de su vida: "Era mi sueño desde pequeño. Cuando tuve confianza para ir en moto con seguridad, y con el dinero que ahorré durante ocho años, sentí que estaba preparado. Entonces, me despedí de mi trabajo y comencé a hacer realidad mi sueño. Sólo se vive una vez. Nunca sabes cuando vas a morir. Así que no podía esperar. Creo que tienes que hacer lo que quieres desde que puedas, no esperar", sentenciaba este ingeniero informático que vive la vida bajo un lema: I never worry about action, but only inaction (Si quieres hacer algo, inténtalo).