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Queen´s Cavalcade, un sueño que recorrió Canarias sobre dos ruedas20 de Octubre de 2016
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Rodando entre volcanes milenarios, acantilados sobre el mar, bosques jurásicos, dunas de arena y playas cristalinas…
El sueño de Daniele Papi, el “alma máter” de la Queen´s Cavalcade, se ha hecho realidad dando razón a quienes sostienen que la convicción y el esfuerzo son las ancestrales actitudes que han logrado demoler todas las barreras a lo largo de la historia. Y así, tras meses de esfuerzo y constancia, el tiempo se detuvo en Santa Cruz de Tenerife el pasado jueves 13 de octubre con la llegada de las motos clásicas al control administrativo del Hotel Mencey que daba el pistoletazo de salida es este Rally Internacional de Regularidad para Motos Clásicas. Una prueba inédita en Canarias y auspiciada por la Federación Internacional de Motociclismo.
La Queen´s Cavalcade, una iniciativa de Duck Motorsports que combina turismo y deporte, reunía en el céntrico hotel de la capital santacrucera a más de medio centenar de participantes, de ocho países diferentes, que acudieron con sus motos a la llamada de esta original prueba que invitaba a conocer la belleza de las Islas Canarias sobre dos ruedas. Y tal y como los viejos moteros conocen de primera mano, una moto es el mejor argumento para diluir las diferencias idiomáticas y culturales entre los participantes, que a pocos minutos de conocerse no paraban de hablar de “motos” en italiano, francés, inglés e “italoespañolo”, el idioma oficial de la Queen´s Cavalcade.
Los participantes podían concursar en diferentes categorías, dependiendo de las características de sus monturas. De este modo las motos se dividieron es dos grupos: La categoría “B”, motocicletas fabricadas hasta 1964 (Vintage Queen) y motocicletas fabricadas hasta 1986 (Classic Queen), y categoría “C”, motocicletas bicilíndricas construidas a partir de 1987 (Twins Queen). Además, la comisión técnica designada por la organización, incluyó una categoría de monociclíndricas, encuadradas en “B” o “C” dependiendo el año de su fabricación.
En el discurso de presentación de la cena de bienvenida, Daniele Papi resaltó los objetivos de la prueba que en ningún momento pretendía ser uno lucha contra el crono sino más bien una armoniosa danza entre el tiempo y el recorrido marcado, por el que había que conducir a una velocidad que nunca superaría los 50 km/h de media en su recorrido por las islas de Tenerife, Gran Canaria y Fuerteventura.
Las Islas Canarias gozan de una red viaria única y un magnífico clima que permite disfrutar de sus paisajes los 365 días del año. A través de los miles de kilómetros que recorría la prueba por las tres islas, los participantes podrían disfrutar del patrimonio único de cada una de ellas. Descubrir en moto la riqueza de las Islas Canarias, con paisajes únicos y momentos inolvidables, es una experiencia única “entre el cielo y el mar” que la Queen´s Cavalcade quería ofrecer a los motoristas, combinada con hoteles de lujo y experiencias gastronómicas con los productos canarios.
La mañana del viernes 14 de octubre la acera del Hotel Mencey se convertía en un museo viviente, con sonidos sacados de otras épocas, escuchando melodías que creíamos olvidadas. Desde la impoluta BMW R60 (1966) de Álvaro Trujillo a la Ducati Furicone (1983) de Gaio Giannelli, pasando por la Triumph Boneville T120 (1967) de Cristóbal Ramírez o por la BMW R100 (1984) de Stefano Sala, una a una fueron cobrado vida con un melodioso sonido que las reivindicaba como las reinas de otros tiempos, y que aún tienen muchas satisfacciones que dar.
Tampoco faltaron las exquisitas restauraciones locales de Gloria Escobar, con su Honda CD175 de 1974, o la exquisita Honda SL350 (1973) de Pablo de la Rosa. Todas ellas tomaron la salida puntualmente, con intervalos de 30 segundos, para iniciar un recorrido que comenzaba por uno de los escenarios más abrumadores de la isla de Tenerife; el macizo de Anaga, un bosque de “laurisilva” casi virgen que mantienen un casi perenne manto de humedad gracias a los vientos alisios que recorren los acantilados sobre los que se asientan, y que definen el sinuoso recorrido de una carretera que sorprendió a los participantes con sus constantes cambios de condiciones meteorológicas.
Tras atravesar el centro de San Cristóbal de La Laguna, ciudad Patrimonio de la Humanidad, la ruta seguía en constante ascensión, atravesando pinares milenarios, hasta las faldas del Teide, la montaña más alta de España que, desde sus 3.718 metros, vigilaba el paso de los participantes mientras recorrían el espectacular paisaje lunar de las “Cañadas del Teide” antes de emprender el vertiginoso descenso hasta Santiago del Teide, lugar de inicio de la primera prueba de regularidad de la Queen´s Cavalcade, que finalizaría en el mismo lugar tras rodear el imponente y agreste Barranco de Masca, con sus imposibles curvas y contra curvas.
La segunda etapa de la Queen´s Cavalcade, comenzaba con el traslado del convoy de motos y pasajeros hasta el Puerto de Las Nieves, en Agaete (Gran Canaria). En la plaza del puerto, decenas de motoristas locales se unirían a la “cabalgata de reinas” para comenzar la que, a criterio de los participantes, sería la más dura de todas, y no por su kilometraje. Un recorrido que comenzaba por la comarca norte de la isla y que ascendía por las verdes laderas de Montaña Alta para desembocar en el acuchillado barranco de las presas del valle de Agaete. Seguía el itinerario marcado por la carretera que serpentea los pinares de Artenara y que desciende, dejando a la derecha los míticos “Roque Nublo” y Roque Bentayga”, hasta las estribaciones de uno de los pueblos más bellos de España; Tejeda.
Con esas magníficas estribaciones rocosas a su espalda, motos y motoristas, comenzaban la ascensión a la Cruz de Tejeda, punto de parada obligatorio para los amantes de las ruedas de toda la Isla. Fontanales marcaba el siguiente hito en un camino que pasaba por Moya, el pueblo del poeta Tomás Morales, y que seguía por la recóndita carretera del Barranco de Azuaje rumbo a Moya y Valleseco, como punto final de la primera parte de la etapa. Tras pasar el control, la comida que participantes y organizadores se habían ganado, servía para reponer fuerzas y para que los motores cedieran el protagonismo a los fatigados motoristas.
Tras comentar el recorrido y las anécdotas de la jornada, vuelta a las motos para salir a recorrer la segunda parte de la etapa que discurría por los arbolados escenarios de Teror, en su camino hacia San Mateo. Desvío por Ariñez, donde una densa niebla acompañaba en su recorrido a pilotos y máquinas y bajada de nuevo, por el tobogán que conduce desde las inmediaciones de la Cruz de Tejeda hasta San Mateo, que suponía el final de la parte cronometrada de la ruta. Desde ese punto hasta el acogedor, más que nunca, Hotel Santa Catalina, suponía un desahogo para unos para los fatigados participantes, cuyas fuerzas comenzaban a flaquear y a quienes el detalle de la organización de recibirles con champán, les sorprendió gratamente.
Aún quedaba otra etapa en Gran Canaria, la del domingo 16 de octubre, que salía desde el Hotel Santa Catalina y discurría por las comarcas este y centro de la isla. Desde los cinematográficos pueblos de Ingenio y Agüimes, pasando junto a los torreones basálticos que custodian Temisas, uno a uno los participantes llegaba al control de paso de Santa Lucía de Tirajana. Allí comenzaba un nuevo tramo de regularidad que ascendía por el barranco de las Tirajanas, Tunte y Ayacata para saludar a su paso, al majestuoso Roque Nublo, y llegando a la cumbre de la isla, junto al mítico Pico de Las Nieves, comenzar un vertiginoso descenso entre pinares y dormidas calderas volcánicas que alguna vez arrojaron todo ese picón negro que alimenta una flora autóctona y endémica que delimita unaa carretera que es un mirador sobre las playas del sur de la isla.
El final de la tercera etapa estaba situado en el Muelle de La Luz, con las motos alineadas en formación militar para embarcar rumbo a Morro Jable, en el sur de la isla de Fuerteventura. Tras dos horas y media de navegación por un imperturbable océano azul, la llegada a la isla de Maxorata suponía adentrarnos en un territorio de inmensas e interminables playas de ensueño. Jandía nos acogía durante la noche en el Hotel Rio2 Costa Calma, un edificio faraónico que conserva los trazos de la arquitectura colonial de Canarias.
Desde ese mismo punto, en el sur de la isla más larga del archipiélago, Franco Acerbis, dueño de Acerbis, el principal patrocinador de esta manifestación moto turística, daba la salida a la última etapa de la Queen´s Cavalvade. Una ruta que recorría durante más de 100 kilómetros la costa este de la isla majorera adentrándonos por una de las carreteras más bellas del mundo que discurre entre las dunas del parque natural de Corralejo, con un horizonte eterno de arena blanca y playas infinitas bañadas por aguas de color turquesa. En La Oliva comenzaba el tramo de regularidad que recorría las divertidas curvas de Betancuria, primera capital de la isla y primera ciudad de Canarias, y que seguía por los miradores que desde La Pared permiten contemplar el mar de dunas de arena blanca de Jandía, en el sur de la isla, donde aguardaba el final de etapa y el embarque, de regreso para Gran Canaria.
La noche grancanaria, servía para apagar definitivamente los motores y disfrutar de la cena de gala, entrega de premios y reconocimientos de la Queen's Cavalcade 2016. Y es que participantes y organización se merecían un homenaje tras cinco días de ruta con unos 1.000 kilómetros de recorridos y más de treinta horas sobre las motos, que en algunos casos superaban el medio siglo. Una hazaña que en sí misma supone un triunfo para todos y cada uno de los participantes que para completar el reto han necesitado tener muchas ganas de hacer kilómetros y la necesidad de buscarse las ayudas técnicas o rodearse de buenos compañeros de ruta para buscar el mejor resultado en la clasificación final.
Porque aunque parezca sencillo, tener que seguir un itinerario marcado por la organización, con un control preciso de los tiempos de paso por cada kilómetro no es una labor al alcance de cualquiera. Y aunque la mayoría de los concursantes no tenía al inicio ninguna pretensión competitiva, todos buscaban afinar la velocidad y ajustar el tiempo encada etapa para subir algún puesto en la clasificación.
Las veteranas motos demostraron su valía, después de tantos años desde que salieron de las cadenas de montaje, desvelando además que su mantenimiento curiosamente es más fácil que para las de ahora, seguramente por una menor dependencia de la electrónica. No hubo nada que un alicate, un alambre y un poco de cinta americana no pudieran solventar.
En definitiva, la Queen´s Cavalcade ha sido una fiesta de la moto, un espectáculo para participantes y curiosos que saludaban al paso del pintoresco convoy, donde el deporte, la amistad y la diversión han sido la clave del éxito de un evento soñado y ejecutado por Daniele Papi y su magnífico equipo organizativo. Del primero al último, su labor fue crucial para que el recuerdo de esta experiencia quede grabada de por vida entre todos los que tuvimos la suerte de vivirlo en primera persona…
Infinite grazie a tutti…! Hasta siempre, amigos!
Queen´s Calvalcade ha contado con el apoyo y colaboración de:
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