Sacamos a relucir este tema porque hemos vuelto a vivir, el pasado fin de semana en la Isla de Gran Canaria, una situación que terminó con un motorista accidentado sobre el asfalto de la autovía GC-1, cuando circulaba en caravana para asistir a un gran reto motero.

Las grandes concentraciones moteras generan problemas de tráfico, no sólo para los motoristas que, la mayoría de las veces, se limitan a ocupar el carril derecho de la autovía y a dejarse llevar al ritmo del tráfico genérico de la vía. Pero hay que tener en cuenta que precisamente, el derecho, es el carril por el que acceden o abandonan la vía el resto de los usuarios, y si lo colapsamos, estaremos creando situaciones de riesgo en las que siempre, la peor parte se la lleva el motorista. 

Que nosotros estemos celebrando un acontecimiento festivo no impregna de ese ambiente al resto de los usuarios de la vía. Es más, nuestra actitud puede hacer surgir las peores reacciones de esos conductores que ven ralentizado el trayecto a su casa tras el trabajo o a cualquier cita que tuvieran programada. Nuestra responsabilidad es ser comprensivos y respetuosos con quienes no participan de nuestra fiesta motera.

Situarnos detrás pacientemente hasta que el conductor que nos precede tenga a bien cedernos el paso -insistimos, siempre a la velocidad permitida en la vía- es algo que suele acabar precisamente con eso ¡nuestra paciencia! Sobre todo cuando vamos en moto, siempre más vulnerables frente al resto del tráfico rodado. Y por ello decidimos cambiar de carril, a veces apurando el espacio entre los coches sin tener en cuenta que todos podemos estar despistado puntualmente en algún momento de la conducción aunque, por supuesto, no debería darse esta situación en ningún momento al estar a los mandos de una moto.

Debido a la responsabilidad que supone circular junto a otros conductores e incluso cuando estamos solos, por el bien de nuestra integridad física debemos ser conscientes de que conducir nunca es un juego, ni el momento del día para relajarnos por muchas comodidades que ofrezca nuestro vehículo. Y es que es más habitual de lo que parece encontrarse con otros conductores que directamente ignoran lo que pasa alrededor de ellos, con el riesgo que ello implica para ellos mismos y el resto. 

También ocurre que muchos de estos conductores que nos encontramos en la carretera suelen cambiar de carril presuponiendo la preferencia que da el utilizar el intermitente, en su muy errónea opinión. El intermitente sólo está para indicar a los demás conductores de las intenciones a la hora de realizar giros o cambios de carril, pero siempre respetando las preferencias y prioridades que recoge el Código de Circulación. 

El apartado 2 del Artículo 83 de nuestro Código de Circulación dice: "Cuando la densidad de la circulación sea tal que los vehículos ocupen toda la anchura de la calzada y sólo puedan circular a una velocidad que dependa de la del que los precede en su carril, el hecho de que los de un carril circulen más rápidamente que los de otro no será considerado como un adelantamiento". 

En fin, una vez más recomendamos paciencia frente al resto de la circulación, sobre todo teniendo en cuenta que somos nosotros los que estamos causando el problema (nos referimos a las largas colas de motos de las concentraciones, claro está) y nuestra vulnerabilidad al ir en moto.

Nuestro consejo es utilizar la cabeza y desistir de intentar circular todos juntos.

Una charla previa a los participantes sobre la ruta prevista evita sitaciones de peligro.