Créditos de las imágenes: Jens Grabowski (www.d-ocasion.net)

El esfuerzo personal y la pasión por las motos son las claves del éxito de la Vuelta en Moto a La Palma, la cita más importante del panorama motociclista del verano palmero, que cada año organiza Juan Roberto Almeida y su equipo de Moteros Unidos de La Palma Bolaños Motor.

Un año más, y ya son quince, Los Llanos de Aridane se convirtió por un día en la capital del motociclismo de Canarias al concentrar a cerca de 300 motoristas en sus calles y plazas, atraídos por la Vuelta en Moto a La Palma que organiza Juan Roberto Almeida con la colaboración del Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane, cita obligada para “casi” todos los amantes de las dos ruedas de la Isla Bonita: “Desde la organización nos proponemos que esta reunión motera sea una cita obligada año tras año para todos los moteros de la isla. Y así se va consiguiendo, año tras año, llegando a superar este año el número de 280 participantes venidos de toda la geografía palmera, e incluso de otras islas”, decía un sorprendido Juan Roberto tras el emotivo momento en el que los participantes le entregaron una placa del Ayuntamiento de Los Llanos.

Como ya es tradición en el último domingo de agosto, el pistoletazo de salida se daba a las 9:30 horas desde el parque Ramón Pol de Los Llanos de Aridane, llenando de alegría las calles de una ciudad en la que miles de aficionados se deleitaron contemplando varios centenares de joyas a dos ruedas.

“Llevamos quince años haciendo un gran esfuerzo. Nos marcamos el objetivo de poner la figura de la motocicleta en la comarca de Los Llanos, que cuenta con muchísimos aficionados y que gracias este evento tienen la oportunidad de compartir su pasión en un marco donde dar rienda suelta a su romanticismo por las motos”, nos contaba el organizador. Un esfuerzo y llamamiento que ha dado sus frutos, porque este encuentro, que año tras año se supera en número de participantes, reunió a más de 250 personas que formaron parte del convoy de motos que cruzó el Túnel de la cumbre hasta la cara este de la isla, pasando por Santa Cruz de La Palma y tomando posteriormente dirección norte, con un estruendo de motos que amenizó con sus melodiosos sonidos todos los rincones del norte, en un recorrido por los rincones más emblemáticos de la Isla.

A los lados de la carretera, curiosos y aficionados se daban cita para poder ver de cerca algunos de los modelos que formaron parte del recorrido, como unas personalizadísimas custom, irreverentes Hondas MSX, prácticas scooters, espectaculares deportivas, majestuosas motos turísticas de todas las marcas, y hasta motos de campo: “Aquí no limitamos el modelo, estamos abiertos a cualquier tipo de moto", indicó Juan Roberto, el alma máter de la reunión motera.

Tras disfrutar encima de la moto durante toda la mañana, los moteros llegaban a Puntagorda, donde estaba prevista la comida popular en el Restaurante Virgen del Pino, y en la que 200 moteros compartieron mesa y mantel. Después de esta reconfortante pausa, la ruta prosiguió en dirección sur por la cara oeste de la isla hasta completar el recorrido previsto por la organización. El colofón final, con sorpresas incluidas, estaba organizado a la llegada de los participantes a la Discoteca Milenium, donde hubo momentos para bailar, para realizar juegos, para el sorteo de los regalos donados por las empresas colaboradoras, amenizado todo ello con la mejor música del momento.

Por derecho propio, la Vuelta en Moto a La Palma se ha convertido es una de las citas obligadas del panorama motociclista de toda Canarias. De hecho, y a pesar de que “algunos” no le quieran otorgar la relevancia que se ha ganado, este evento que cada verano inunda de alegría, olor a cuero y goma quemada, la comarca de Los Llanos, es la mayor concentración  de Moteros y Moteras de la Isla de La Palma.

“Esta edición ha sido muy especial y emocionante para mí. Con todas esas muestras de apoyo y reconocimiento”, manifestaba entre lágrimas el organizador momentos después de recibir la placa del Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane. “Quince años de esfuerzo que hemos celebrado en la mejor compañía y haciendo lo que más nos gusta. Subirnos a nuestras motos”, terminaba Juan Roberto Almeida, sin olvidarse de agradecer el ejemplar comportamiento de todos los participantes y la colaboración de empresas e instituciones.