Según un reciente estudio de la Asociación Española de la Carretera, el resultado resulta demoledor; el estado de las carreteras españolas es el peor desde el año 1985 y necesitan una extraordinaria inversión en mantenimiento y conservación.

El Estudio sobre necesidades de inversión en conservación en las carreteras españolas ha arrojado unos resultados que asustan: “Las carreteras españolas se enfrentan a un deterioro sin precedentes y solo un cambio de timón en los Presupuestos de 2015 evitaría la debacle”, se arrancaba Juan Francisco Lazcano, presidente de la AEC, en el acto de presentación del informe.

De acuerdo con el estudio, la situación de las carreteras nacionales es “la peor” desde el año 1985, año en que se llevó a cabo el primer examen de la red viaria. “El estado de conservación es deficiente, rozando el muy deficiente”, se extrae en una de las conclusiones de la investigación.

Para la misma se han analizado un total de 3.000 tramos, en los que se ha detectado la necesidad de sustituir 330.000 señales, repintar las marcas viales de 52.000 kilómetros y revisar el 82% de las luminarias, porque registran rangos inadecuados de iluminación. Asimismo, se ha calificado se “suspenso” el estado de las barreras metálicas, mientras el balizamiento ha bajado su puntuación de “bien” a un “aceptable”.

Más preocupante si cabe resultan las conclusiones sobre el estado del pavimento, el cual sufre “un notable y acelerado deterioro”. Uno de cada cuatro kilómetros se encuentra agrietado y uno de cada tres cuenta con desintegraciones, deformaciones y baches. “Darle la vuelta a esta situación requiere una inversión de 6.200 millones de euros”, de los que se destinaría un 94% exclusivamente al arreglo del pavimento, remarcó Lazcano. 

Asimismo, la AEC alerta de las graves consecuencias del deterioro de las carreteras para la comodidad de la circulación y la seguridad vial y ha insistido en el aumento exponencial de los costes de reparación. “Cada euro no invertido a tiempo en refuerzo de firmes se transforma en cinco euros a los tres años y en 25 euros en el quinto”, aclaró el presidente de la Asociación.

Los datos están sobre la mesa y los resultados del estudio no pueden calificarse de otra forma que cuanto menos preocupantes. La pelota está ahora en el tejado del Gobierno.