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La aventura diaria de montar en moto16 de Febrero de 2014
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Imagen de la carretera de La Aldea a Agaete en la Isla de Gran Canaria
Conducir una moto, la mayoría de las veces, es sinónimo de diversión. De hecho, no hay nada como tomar las curvas cerradas de montaña o conducir por una carretera marítima con la brisa golpeándonos el rostro y en pleno contacto con la naturaleza. Sin embargo, las motos también encierran numerosos riesgos, por eso, es importante divertirse pero estando seguros de que después podremos regresar sanos y salvos a casa.
Todos debemos ser conscientes de la aventura que supone hoy por hoy salir un día cualquiera con nuestra moto. Muchos ya lo sabíamos, pero parece que el mensaje no llega de la misma forma a todos los motoristas.
Guardarrail en la rotonda del Hospital Dr. Negrín en la Isla de Gran Canaria
Otro de los problemas que supone la conducción de motocicletas es el peligro que entrañan los llamados guardarraíles o quitamiedos. Estos son placas de hierro que limitan las carreteras para evitar que los coches se salgan de la calzada. La plataforma Guardarraíles Asesinos lleva años luchando para que se retiren estas barreras o que, por lo menos, se coloquen materiales protectores que cubran las cuchillas.
Si nos fijamos en las principales carreteras en hora punta siempre hay alguna motocicleta sorteando los vehículos de manera incosciente. Un golpe leve en un automóvil no causa más que daños materiales, mientras que ese mismo golpe en una moto puede provocar daños irreparables.
Mancha de combustible en la atigua subida a Tafira en la Isla de Gran Canaria
Disfrutar de la moto con responsabilidad... Conducir una moto es una experiencia muy estimulante y es precisamente por ello que encierra mayores peligros. De hecho, cuando estamos realizando una actividad que nos agrada y nos resulta excitante, nuestro cerebro da la orden de segregar una serie de hormonas, las catecolaminas, dentro de las cuales se encuentran: la adrenalina, la noradrenalina y la dopamina.
El peligro de estas hormonas es que cambian nuestro metabolismo y la forma en la cual nos sentimos y percibimos el mundo que nos rodea. De hecho, nuestro ritmo cardíaco se acelera, aumenta la respiración y la presión sanguínea y experimentamos una sensación de euforia.
Si estas sensaciones no son controladas a tiempo, podrían desembocar en una conducta temeraria. Es decir, la persona se siente tan bien que desestima los peligros a los cuales se enfrenta, y podemos estar seguros de que esta sensación no es una buena compañera mientras se conduce.
Cinco consejos para viajar seguros en moto
Finalmente, recuerda que por muchas precauciones que tomemos, nunca podremos llegar a controlar todos los riesgos que nos acechan en la carretera. Por ende, además de tu seguro de moto, también deberías considerar la opción de contratar un seguro de vida.
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