Como hemos dicho en varias ocasiones, si buscamos la máxima protección cuando vamos en moto debemos elegir un casco integral. En caso de impacto son los que ofrecen una mejor protección de nuestra cabeza tanto por superficie que cubre como por absorción de impactos. Cabeza, mandíbula y ojos gracias a la pantalla. Todo queda protegido

Sin embargo este beneficio también tiene un pequeño hándicap y se trata de la pantalla. De su elección dependerá nuestra correcta visión y comodidad en el día a día cuando circulemos en moto. Veamos cuáles son los tipos más comunes que existen y que debemos tener en cuenta.

Tenemos varios tipos de pantalla disponibles en el mercado. La mayoría de los fabricantes nos ofrece un buen catálogo de modelos que van desde las completamente transparentes a otras completamente oscuras pasando por varios porcentajes de oscurecimientos, pantalla de color, espejo, de iridio y últimamente modelos que se oscurecen en función de la cantidad de sol existente, como si de unas gafas de sol se tratasen.

Normalmente los cascos vienen de serie con una pantalla completamente transparente. Lógicamente es la más versátil porque si hace sol, podemos ponernos debajo unas gafas y así evitar deslumbramientos. Yo hice así durante muchos años y la verdad es que no me resultaba para nada incómodo.

Únicamente tenemos que elegir unas gafas de sol que nos queden muy bien ajustadas porque, además de ser más fácil de colocar, evitaremos que en marcha se nos muevan en exceso. Y cuanto más envolventes entorno a los ojos mejor, así nuestra mirada no se saldrá de la zona oscurecida.

Lo ideal es, si es posible, elegir un casco de los que incorpora las pequeñas pantallas parasol en el interior. Así no hace falta que usemos gafas oscuras y sin necesidad de elegir otra pantalla que no sea la transparente podremos circular tanto de día como de noche.

Porque precisamente el problema de colocar una pantalla no adecuada es pasarlo mal cuando las condiciones atmosféricas o de luz cambian. Yo en mi casco, tengo puesta una pantalla completamente negra por temas estéticos en las fotos. Sin embargo, si veo que la noche se me puede echar encima (algo muy común en esta época) o bien monto la pantalla transparente o la llevo en una mochila para cambiarla cuando haga falta.

Una opción intermedia es adquirir una pantalla ahumada. Las hay de varios tipos dependiendo del porcentaje de oscurecimiento que ofrezca. Lo normal es un 30% o un 70%. Son capaces de eliminar gran parte de la luz molesta y aun así ofreciendo una buena transparencia para la noche.

Las pantallas de espejo o iridio presentan el mismo problema que las oscuras cuando se acerca la noche. Por otra parte y en cuanto a estética son las que mejor pueden quedar si se combinan adecuadamente con la decoración del casco. Pero por muy bonito que estés frente al espejo, mejor no jugársela en carretera y menos cuando hablamos de visión.

Por último, mucho ojo con las pantallas oscuras no homologadas. En algunos casos los fabricantes tienen en catálogo modelos destinados a usar en circuito y no son legales por las vías públicas, lo que nos podría dar problemas con los agentes de tráfico.