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Noticia

El alcohol, como ya sabemos, es una droga psicodepresora que tomada, incluso en pequeñas cantidades, influye negativamente en la conducción y en consecuencia puede ser una causa mediata en la producción del siniestro vial.

 

A pesar de ello, en los puntos de verificación de alcoholemia que realizan las Autoridades de Tráfico, a través de sus agentes, cada vez se dan más casos en los que los conductores recurren a una serie de mitos y creencias populares.

 

Así, lo explica un informe emitido por la Fundación Española para la Seguridad Vial (Fesvial) y Línea Directa Aseguradora tras entrevistar a unos 1.260 conductores de toda la geografía española sobre las pruebas para la determinación de alcohol.

 

Una de las conclusiones más sorprendentes de ese estudio es que alrededor del 30% de los encuestados creen en la existencia de trucos para burlar los controles de alcoholemia como, por ejemplo:

  • Masticar granos de café.
  • Esperar una o dos horas antes de conducir.
  • Beber aceite.
  • Tomar pasta de dientes.
  • Comer césped.
  • Chupar baterías de litio o monedas de cobre.
  • Hacer ejercicio entre la primera y segunda prueba.
  • Orinar o vomitar para perder líquidos.
  • Soplar despacio por el alcoholímetro.

Toda una serie de ocurrencias, sin sentido, para intentar eludir el resultado positivo en las pruebas para la determinación de alcohol a través del aire espirado en los controles de alcoholemia.

 

Pues bien, para desmentir esas creencias o dichos populares que llevan a muchos conductores a desarrollar comportamientos peligrosos al volante, los responsables del informe afirman que los alcoholímetros y etilómetros utilizados, por los agentes de tráfico, en los puntos de verificación de alcoholemia son sumamente precisos y la práctica de este tipo de trucos no sirve absolutamente para nada.

 

Además, como garantía para el sometido a las pruebas siempre se ofrece la posibilidad de la extracción sanguínea para contrastar el resultado, con lo cual puede ser superior la tasa si se tiene en cuenta la hora de la última prueba con resultado positivo. Por otro lado, tenemos que tener en cuenta que los gastos originados para la prueba de contraste correrán por cuenta del interesado si se confirma la ingesta y el grado positivo de alcohol en sangre.

 

¿Por qué alcohol y conducción es incompatible?
Sobran motivos más que suficientes para argumentar la respuesta, pero una de las más convincentes, o por lo menos la que intento explicar a la gente que me pregunta, es que el alcohol al pasar a la sangre se extiende con ésta por todo el organismo afectando de forma negativa al cerebro tras ampliarse el tiempo de respuesta en el caso de tener que reaccionar ante cualquier imprevisto, afecta a la vista y, en consecuencia, perturba las aptitudes del conductor.

 

Además, está demostrado que el alcohol aumenta considerablemente el riesgo de sufrir un siniestro vial ya que modifica sustancialmente la respuesta del conductor, ya no sólo en situaciones de riesgo sino también, realizando una conducción habitual en el caso de sumar además una velocidad inadecuada, distraída o por padecer fatiga o sueño tras una larga jornada de trabajo o un viaje de noche.

 

¿De qué dependen los efectos del alcohol?

  • De la cantidad y tipo de bebida que se tome. El grado de alcoholemia está influenciado por la concentración de alcohol que tenga la bebida ingerida y por la presencia de gas carbónico en la misma. Ese chupito ofrecido al final de un buena comida o una noche de fiesta sin haber cenado previamente, puede ser más que suficiente para aumentar la tasa de alcohol en nuestro organismo.
  • Las circunstancias del momento y el hábito de beber. Está demostrado que las consecuencias del alcohol en el comportamiento del conductor dependen en parte del entorno social en que se realiza el consumo de alcohol. Por otro lado, se piensa que las personas habituadas a beber toleran más el alcohol y aguantan más. Sin embargo, durante la conducción, especialmente, en situaciones de riesgo, tanto el conductor habituado a beber como el conductor no acostumbrado a beber tienen mermadas sus capacidades para conducir.
  • Sexo, peso y edad. Las mujeres, consumiendo la misma cantidad del alcohol que los hombres, alcanzan una tasa superior debido a las diferencias en la capacidad de eliminar alcohol y en la proporción de agua de los distintos tejidos del organismo. Igualmente ocurre con las personas de menor peso. Por otro lado, tanto del sexo femenino como masculino, en adolescentes y personas mayores los efectos del alcohol pueden ser más notorios.
  • Del proceso de absorción y modo de ingerir el alcohol. El paso del alcohol del aparato digestivo a la sangre, es un proceso que puede variar en función del organismo de cada persona. Por otro lado, si se toma en ayunas o se bebe de forma rápida, la tasa de alcohol se alcanzará antes en base al escaso tiempo que tiene el organismo para eliminar el alcohol.

 

En definitiva, no es cuestión de mitos y falsas creencias sino más bien de mentalizarse, como conductores, de los graves riesgos que tiene la conducción bajo los efectos del alcohol, ya que con una tasa de 0,75 miligramos de alcohol por litro en el aire espirado, el riesgo de sufrir un accidente mortal es veinte veces mayor que si no se ha bebido. ¿Te lo crees?

 
 
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Leyendas urbanas sobre los controles de alcoholemia

28 de Julio de 2013

Leyendas urbanas sobre los controles de alcoholemia

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