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Prueba Yamaha XV950R Bolt, una custom picante y transgresora

10 de Abril de 2015

Prueba Yamaha XV950R Bolt, una custom picante y transgresora

Como puerta de entrada a los clientes que quieran adentrarse en el adictivo mundo de las motos custom, Yamaha ofrece en su catálogo la XV950R Bolt, una moto de estilo neo retro, sencilla, económica y con personalidad, que además puede limitarse para los usuarios del permiso de conducir A2.

 

“Partiendo de una moto sencilla y económica, conseguimos adaptarla a nuestros gustos personales…” Ahí está la esencia del universo custom, con la que Yamaha se ha identificado ofreciendo a los clientes una moto base para sus personalizaciones. Con dos modelos, la Bolt y la Bolt R, con sistema ABS de serie y otras suspensiones, y una extensa de accesorios, Yamaha se erige en una alternativa sólida en el mundo de la customización aportando además, originalidad y un soplo de frescura al mercado.

 

Muestra de ello es la unidad de pruebas que DMotos Las Canteras, el concesionario oficial Yamaha en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, nos cedió para el reportaje; una unidad equipada con muchos de los accesorios disponibles en el catálogo de la marca y en un color verde militar que se mimetizaba con el entorno por el que realizamos nuestras pruebas.

 

Esté donde esté, la Bolt es una moto que llama mucho la atención. Sus líneas son inconfundibles, buscando, a propósito, ese aspecto de bobber tan de moda en los años 50. Una moto contundente a la par que sencilla, con infinidad de detalles de calidad e impactantes acabados como el asiento tapizado en piel curtida o el depósito de combustible. Por lo tanto, no es casualidad que la Bolt forme parte del apartado del catálogo que Yamaha tiene reservado para los modelos denominados Sport Heritage donde están la XJR1300 o la V-Max.

 

Estéticamente la Bolt es una moto muy bien resuelta, que aporta ese toque de distinción y frescura que los clientes ávidos de transformar a su gusto, buscan en una moto. Faro redondo minimalista, guardabarros recortado, depósito en forma de cacahuete o colectores 2 en 1 que se adaptan al contorno del motor, son algunos de los detalles clásicos que contrastan con modernos discos de frenos lobulados y flotantes, cuadro digital o luz trasera por led, que le otorgan a esta custom de Yamaha, su atractiva seña de identidad.

 

El gran protagonista de cualquier custom que se precie, es su bicilíndrico. Un motor que en la XV950R Bolt es en V a 60º refrigerado por aire, derivado del de la XVS950A Midnight Star aunque totalmente rediseñado en apartados como el sistema de admisión, filtro del aire y escape, lo que proporciona un gran rendimiento y fiabilidad. Un motor que empuja con ganas, entregando grandes dosis de par desde muy bajo régimen. Declara 52 CV que, como veremos más adelante, están muy bien aprovechados. Además, el embrague incorpora ahora un nuevo amortiguador de goma, que suaviza notablemente el tacto y la brusquedad al engranar las marchas. Se mantiene la configuración de embrague multidisco en aceite, cambio de cinco velocidades y transmisión secundaria guiada por correa dentada.

 

La parte ciclo, sobre la que el piloto asienta “sus reales” en un mullido trono situado a sólo 690mm de suelo, está compuesto por un sencillo chasis de doble cuna de acero al que se ancla una horquilla delantera de 41 mm y una suspensión trasera compuesta por dos amortiguadores regulables en precarga que, en el caso de la R, incorporan depósito de gas independiente. Monta unas elegantes llantas de fundición en color negro y de 12 palos, con medidas de 19 pulgadas delante y 16 detrás, en la que se alojan unos neumáticos de 100/90-19M/C 57H y 150/80B16M/C 71H, respectivamente.

 

En el humilde apartado de los frenos, la Bolt confía en un único disco de freno delantero y otro trasero, en ambos casos de 298 mm de diámetro para mejorar la eficacia de su frenada, además de disipar mejor el calor. El ABS es opcional en la versión básica, mientras que en la R, lo incluye de serie.

 

Las estriberas bajas, aunque no tan adelantadas como en otras custom, y un manillar moderadamente adelantado y con una anchura no excesiva, consiguen una posición de conducción tan cómoda y relajada que sorprenderá tanto a los que vienen del mundo custom, como a los que jamás se han subido a una moto de este estilo.

 

Aclimatación a una custom…

Ni la ubicación de la llave de contacto está donde habitualmente la encontramos, sino en el lateral derecho, separada de la del bloqueo de la dirección, en un claro guiño al mundo al que esta moto pertenece, ni las estriberas están bajo nuestros pies. Están unos centímetros más adelante del lugar donde esperabas encontrarlas. Y es que hay que cambiar el “chip”, la Bolt es una custom y como tal hay que entenderla.

 

Ya en “modo custom” le damos al contacto y pulsamos el botón de arranque… El Akrapovic deja notar su seña de identidad y la melodía comienza a emanar nada más acariciar el acelerador. Como un buen bicilíndrico, el motor vibra, pero sólo lo justo para que lo “sientas”, sin que llegue a ser molesto en ningún momento. El cuadro de instrumentos, minimalista, no ofrece mucha información; por ejemplo, las rpm las tendrás que “sentir” y para saber la gasolina que te queda, tendrás que usar tu experiencia o tus dotes adivinatorias. Pero a cambio ofrece otros parámetros muy prácticos que podrás ir mostrando en la pantalla gracias a los dos pulsadores alojados en la piña derecha del manillar.

 

Comenzamos a rodar y la confianza que la Bolt ofrece al piloto se hace patente en pocos minutos. La postura es sorprendentemente cómoda, incluso para mí que soy bajito, tanto que me atrevería a decir que mucho más natural que en algunas naked. Es habitual que en las custom los pies queden demasiado adelantados, algo que no ocurre esta Bobber de Yamaha. Las piernas se flexionan sin exceso a la altura de la cadera y la espalda va un poco inclinada hacia delante para llegar al manillar, justo para que sientas la brisa en tu rostro cuando circulas a ritmo suave, que es lo que pide este tipo de moto, o para mantener con estoicismo la eterna lucha del hombre contra los elementos, si pretendes ir demasiado rápido. ¡Un autolimitador de velocidad llamado “postura custom” que supone un plus de seguridad!

 

Nos ponemos en marcha…

Por zonas urbanas, la Bolt es muy cómoda y se desenvuelve con absoluta facilidad. Una custom con la que puedes circular a muy baja velocidad sin tener que echar los pies a tierra. Estrecha y con un motor de mucho par a bajas vueltas. Un embrague con un tacto bastante dulce (lástima que no pudiera regular la maneta), aunque la elasticidad del motor de la Yamaha conseguirá que te ahorres muchos cambios de marcha, y un asiento que te permite llegar al suelo con absoluta seguridad. El sonido suave y las escasas vibraciones de la Yamaha XV950R, nos van dejando pistas de lo que nos va a acontecer a lo largo de toda la prueba.

 

Nuestra unidad contaba con una pantalla derivabrisas que se mostró ideal contra “el viento y la marea” que nos recibía en nuestra subida desde Santa Cruz hacia el norte de la isla de Tenerife. Los amortiguadores “R” con depósito de gas separados ofrecen un buen compromiso entre comodidad y eficacia, un aspecto que suele ser deficiente en la mayoría de las custom pero que con este extra en la versión básica, de serie en la R, Yamaha ha resuelto acertadamente.

 

El motor empuja con decisión, en cualquier rango de revoluciones -ahora se entiende que el cuentarrevoluciones sea un elemento prescindible- y puedes viajar cómodamente, a velocidades legales, por cualquier tipo de carretera sin que la Bolt “se descomponga” en ningún momento. Las suspensiones hacen realmente bien su trabajo, incluso cuando encuentras ese bache en plena curva de la autovía que nos conduce a Puerto de La Cruz. Su comportamiento es noble y predecible, algo que no suele ser tan habitual en este tipo de motos. Se mantiene en la trazada transmitiendo solidez y seguridad.

 

Truenos, rayos y chispas…

Llegamos a la zona de curvas. Concretamente a una de nuestras preferidas, entre El Tanque y Santiago del Teide. Y la Bolt nos sorprende gratamente porque aguanta bien la compostura. Es noble e intuitiva manteniendo un buen aplomo en las curvas rápidas en las que las suspensiones absorben bien la trasferencia de pesos en los cambios de dirección. Transmite confianza y puedes mantener un ritmo bastante alto y no sólo limitarte a disfrutar del paisaje, también de las sensaciones al ir enlazando curvas en marchas largas. Nos animamos y avivamos el ritmo hasta que el asfalto se ensucia por la reciente tormenta de rayos y truenos que acaba de descargar en la zona y por las chispas que los soportes de las estriberas van soltando al rozar con el asfalto. Ella te marca el límite, así de sencillo. Ese es su ritmo y por lo tanto, el tuyo.

 

Y sorprende, entre otras cosas, porque la Bolt pesa cerca de 250 kilos. Kilos que pasan desapercibidos. Bajos y muy concentrados. Pero kilos al fin y al cabo que hay que detener llegado el momento. Y de eso se encargan los dos discos, el delantero y el trasero, que habrá que utilizar al unísono si queremos detenernos con garantías. Otro aspecto que debemos cuidar los que no tenemos mucha experiencia en custom si lo que queremos es ir apurando las frenadas…

 

El acompañante es también bien recibido en la Bolt. Dispone de un asiento que, para el tipo de moto podemos catalogar, incluso de amplio, principalmente en su parte trasera, donde se ensancha un poco. Está situado más alto que el del conductor y las estriberas cuentan con goma para reducir las vibraciones.

 

A modo de conclusión diré que, aunque no soy amante de las custom, con esta Yamaha XV950R Bolt me lo he pasado bastante bien. Más que nada porque es una custom picante, con esa chispa de carácter que te hace sentir el empuje de su bicilíndrico. Una moto que transmite confianza desde el primer momento que te subes a ella. Sólo eché en falta poder tumbar más y poder frenar más tarde… Pero para eso hay otro tipo de motos.

 

La XV950R es una moto custom compacta y elegante y menos radical que la mayoría de sus competidoras. El empleo de componentes en acero en bruto acentúa el carácter del modelo que busca atraer a un cliente joven identificado con motos sencillas, transgresoras y de gran personalidad, sin renunciar por ello a un funcionamiento impecable y una fiabilidad a toda prueba.

 

Unidad de pruebas cedida por DMotos Las Canteras, Concesionario Oficial Yamaha en Santa Cruz de Tenerife

 

Precio Yamaha Bolt.- 8.749 euros

Precio Yamaha Bolt ABS.- 9.349 euros

Precio Yamaha Bolt R ABS.- 9.649 euros

 

La Bolt se beneficia actualmente de una campaña de 1.000 euros de regalo en accesorios originales Yamaha.

 

La unidad de pruebas contaba con una serie de accesorios que a continuación te indicamos:

•Soportes de intermitentes.- 76,03€

•Controles avanzados conductor.- 356,67€

•Soportes alforjas.- 111,46€

•Alforjas laterales.- 382,53€

•Pantalla derviabrisas.- 267,50€

•Soporte de pantalla.- 151,58€

•Bolsa pantalla.- 98,08€

•Protecciones de motor.- 169,40€

•Manillar Touring.- 107,00€

•Cable del acelerador en acero inoxidable.- 80,24€

•Latiguillo freno delantero inoxidable.- 80,24€

•Portaequipajes respaldo.- 142,66€

•Fuelles horquilla.- 35,66€

•Almohadilla respaldo.- 89,16€

•Asideros respaldo.- 105,93€

•Respaldo Mon Corte.- 127,33€

•Catalizador escape.- 69,00€

•Escape Akrapovic.- 597,38€

 

Casco modular utilizado en la prueba Shark Evoline 3 Arona

 

Prueba realizada por el equipo de  Canariasenmoto.com

 
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